Una de las cosas maravillosas que me han sucedido con la maternidad es impulsarme para luchar por mis sueños.
En esta nueva entrada os voy a hablar de mi amor secreto, la fotografía.
Podría decir que mi amor por la fotografía existe desde que tengo uso de razón, pero me atreveré a decir que nació conmigo y que llegó a mí a través de los genes de mi padre.
En todos mis cumpleaños o vacaciones le recuerdo haciéndome fotos, ya fuera sentado en el suelo o semienterrado en un arbusto para coger el plano adecuado. Gracias a eso, ahora no tengo ningún tipo de vergüenza a la hora de tirarme al suelo o subirme a cualquier sitio con tal de conseguir la foto que busco.
Mi primera cámara fue una Polaroid, después tuve una Nikon analógica compacta y después... no recuerdo la cantidad de cámaras que he tenido después.
Todo esto os lo cuento para poneros un poco en antecedentes, que nunca viene mal :)
Siempre he querido hacer cursos de fotografía, formarme, aprender, y quién sabe si el día de mañana poder hacer de mi pasión una profesión.
Durante años he ido dejando y dejando y dejando mi formación como "fotógrafa", hasta que he tenido a mi niña y me he dado cuenta de que quiero que sea feliz por encima de todo, y que luche por sus sueños con uñas y dientes... ¿cómo voy a explicarle esto a mi hija si yo no lo hago? Es importante predicar con el ejemplo, así que este año, por fin, me he apuntado a mi primer curso de fotografía.
Como no podía ser de otra forma, ha sido un curso de fotografía infantil, en el que nos hemos pasado 4 semanas fotografiando a nuestros hijos, disfrutando de ellos, y sobre todo mirando de una forma diferente.
Este curso se llama Héroes, y viene de la mano de la "Escuela de mamá". Como bien dice su web "La Escuela de Mamá nace de la idea de agrupar grandes profesionales en diferentes áreas que como mujer y madre, pueden aportarte recursos para seguir creciendo en cualquier faceta de tu vida".
Ahora viene la gran pregunta... ¿lo recomiendas? ¡Por supuesto! Lo recomiendo a todas aquellas mamis que quieran aprender a hacer fotos más bonitas, o a aquellas que, como yo, siempre han tenido el gusanillo y nunca se han animado ¿quién mejor que nuestros hijos para hacer de modelos?
El próximo curso, si Dios quiere, será también con la Escuela de mamá pero habrá que esperar hasta otoño.
Ya os contaré la experiencia :)
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