martes, 3 de junio de 2014

Decálogo de una mamá primeriza

Olvida todo lo que sabías antes, tu nueva vida empieza ahora. Olvida todas las cosas que decías que nunca harías, o todas las cosas que decías que seguro harías. Un nuevo camino de incertidumbre se abre ante tí, pero tranquila, tu instinto será tu mejor guía.

Fuera prejuicios. No importa lo que piensen los demás, importa lo que sientes que debes hacer con tu bebé.

Ármate de paciencia. La maternidad no es fácil y no es un camino de rosas. Vas a pasar noches sin dormir, vas a desquiciarte y seguramente vas a llorar. Pero todo eso se verá compensado cuando tu bebé te mire y te haga ver que lo eres todo para él/ella.

Ponte tapones en los oídos. Desde el embarazo no han parado de darte consejos, mucho menos ahora que eres mamá "pero primeriza". La gente cree saber más de la educación de tu hijo que tú, y no pueden estar más equivocados. Cuestionarte será el hobbie de muchos, pero debes tener paciencia e intentar que no te afecte.

Olvida los horarios. Durante las primeras semanas de vida del bebé, los horarios se convierten en un caos. Cuando vas a sentarte a comer es el momento preferido de tu hij@ para reclamar la atención, y olvídate del momento "siesta". Acóplate a sus horarios y al ritmo que él o ella te marque, es la mejor forma de sobrevivir los primeros meses.

Apóyate en tu pareja. Las hormonas después de dar a luz están totalmente revolucionadas. Seguramente estés mucho más sensible, y llores fácilmente. Es algo que debes sacar de dentro, y compartir con tu pareja te hará llevarlo mejor.

Pide ayuda si la necesitas. El estrés además no ayuda al tema hormonal. Si necesitas ayuda de un familiar o un amigo no lo dudes, no debes ser super woman, "solo" una mamá.

Pon horarios a las visitas. Todo el mundo está deseando conocer al bebé y ver qué tal le va a la recién estrenada mamá, pero no todos van a tener en cuenta tu agotamiento. No te cortes a la hora de poner horarios para las visitas, seguro que lo entenderán.

Es importante respetar las rutinas del bebé. Poco a poco el bebé irá teniendo rutinas, es importante respetarlas. Por ejemplo mantener el baño en la misma franja horaria o el ritual para irse a dormir (una luz más tenue, menos ruido en casa, etc.).

Asume el desorden como una nueva parte de tu vida. Nadie dijo que tener la casa ordenada y tener un recién nacido fueran compatibles. Al principio lo primordial es el bebé y el descanso de la madre, es por eso que se vuelve totalmente normal tener la casa "menos presentable". No te angusties, poco a poco irá todo volviendo a su cauce.


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